domingo, 18 de diciembre de 2022

IMPRESSVM IN MEMBRANA

 



¿A qué bibliófilo no le da un vuelco el corazón al leer en el tejuelo de un lomo de encuadernación del dieciocho o diecinueve el calificativo «IMPRESSVM IN MEMBRANA»?

Fue en la década de los ochenta del pasado siglo, en los albores de mi afición bibliófila, cuando visité por vez primera la biblioteca del duque de Aumale en el château de Chantilly, próximo a París. Hermoso conjunto que conjuga en perfecta armonía su continente y contenido. Leía asombrado los tejuelos de los volúmenes y daba con ese calificativo en bastantes de ellos como testimomio de la calidad y opulencia de la librería que visitaba.


Château de Chantilly (2 de enero de 2017)

Libros impresos en vitela, en pergamino… impressvm in membrana.



Biblia Polyglota Complutense, Alcalá de Henares, Arnao Guillén de Brocar, 1514-1517. Ejemplar impreso en membrana, pergamino.





Bibliothèque du château de Chantilly

Volvemos a Valencia... En la ringlera de esta biblioteca particular, destaca un estuche actual -salido del taller en Barcelona del maestro Felipe Doménech-, y leemos sobre su tejuelo este singular y exclusivo calificativo: IMPRESSVM IN MEMBRANA. 

El estuche cobija un libro del dieciséis, post-incunable, impreso en vitela en Salamanca en 1506… como los pocos ejemplares de la Polyglota de Cisneros que se dieron a la estampa en tal noble material -de los que Chantilly guarda uno de ellos-, como el ejemplar de la Crónica de Juan II de Brocar, Logroño, 1517, que enviado por Salvá desde Valencia a su librería en Londres acabó en el fondo del mar en el golfo de Vizcaya como nos cuenta en la entrada de su Catálogo o los cinco únicos ejemplares del Quijote de Pellicer que sobre fina y delicada vitela imprimió Gabriel de Sancha en 1797 convirtiendo los cinco volúmenes de la edición en grueso papel en siete volúmenes en la impresión sobre vitela


Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha, Madrid, Gabriel de Sancha, 1797, cinco volúmenes en octavo mayor. (Ejemplar impreso en gran papel y encuadernado en marroquín rojo en el taller de Sancha, con su firma en el lomo. Siendo este ejemplar bello y perfecto, es de imaginar lo excelso que debe resultar el ejemplar impreso en vitela)

La historia de las impresiones en membrana acompaña pareja a la de la sutil invención del arte de imprimir libros, arte «admirable» loado en el colofón de la Visiô delectable dela philosophia & artes liberales; metaphisica; y philosophia moral en la rara edición de Cromberger de 1526.

 
El estuche mostrado en la fotografía que encabeza esta reseña custodia un ejemplar de la parte tercera y última de Monumenta ordinis minorum Seraphici obra impresa en Salamanca por Juan de Porras en 1506.
 


Monumenta ordinis minorum Seraphici quicu¯que legis patris acta: precare numine ab utroq[ue] ut deferat auctor opem, Salamanca, 1506, Juan de Porras. Parte tercera y 28 folios de tablas. 210 x 145 mm., impreso en pergamino.

Martín Abad, 1084. CCPBE: 18 ejemplares de los que 10 faltos.



 


Encuadernación piel sobre tabla, deteriorada, falta de lomo y un cierre. 









Se ha optado por mantener el ejemplar en su condición a pesar de las faltas, preservándolo en estuche, en lugar de abordar la restauración del lomo. Se mantiene su natural y original spanish condition -término acuñado por el erudito, librero y académico Carlos Clavería para calificar con ironía el estado de lamentable deterioro en que suelen aparecer las tempranas producciones de las prensas hispánicas-, en contraposición a la condición francesa o inglesa que luce, por ejemplo, el ejemplar Polyglota de Chantilly, vestido con rica y firmada encuadernación del XIX y en el caso de impresión sobre papel, con folios lavados. 

Junto al ejemplar que fue de Cánovas del Castillo de La chronica de España abreuiada de Diego Valera en edición Sevilla de 1562 y a un ejemplar de La hystoria general de las Indias de Gonzalo Fernandez de Oviedo en edición de Juan de Junta de 1547, Monumenta ordinies minorum, agotado y herido por el andar del tiempo, descansa tranquilo sin temor a polilla y otros enemigos de los volúmenes impresos en papel.

¡Muy feliz Navidad para los amigos y colegas bibliófilos y lectores del blog!

4 comentarios:

Urzay dijo...

El ejemplar en pergamino sin duda singularísimo de ver, y no quiero imaginar siquiera esa Biblia políglota de las fotografías en tan bella biblioteca, pero el Quijote de 1797, con la selecta encuadernación original de Sancha, es perfecto. De las impresas en España es probablemente la más hermosa edición, pues la monumental de Ibarra, a la que tenemos con justicia en nuestro país por la mejor, tiene un formato menos cómodo que ésta para la lectura.
Feliz Navidad, Diego, y libros al menos igual de buenos que éstos para el próximo 2023.

Diego Mallén dijo...

Querido Urzay, muchas gracias por tu comentario. El ejemplar del Quijote de Sancha proviene de Bardón que lo ofreció en el catálogo cervantino de 2005. Su estado y encuadernación son óptimos. En marroquín rojo y firmado por Sancha solo he visto otro ejemplar (también de Bardón, pero el de la fotografía, en mi opinión, es notablemente superior en su condición prístina). Pienso como tú, su tamaño lo hace manejable para la lectura. No obstante, el de la Academia se lee con gusto con los tipos de Ibarra fundidos para la ocasión.
Te envío un fuerte abrazo con mi deseo de muy feliz Navidad y lo mejor para el año que comienza acompañado de buenos y raros libros.

Ben-Cheroni dijo...

Pues, eterno aprendiz como soy, he de reconocer que no conocía el término "impressum in membrana".
¡Tantas cosas por descubrir en tu biblioteca, siempre sorprendente!
Me uno a los buenos deseos de Urzay.
Saludos
Ben-Cheroni

Diego Mallén dijo...

Querido Ben, muchas gracias por tu comentario y muy feliz año nuevo que te deseo venga con salud, ilusiones y libros. Que sigamos organizando tertulias bibliófilas en este año nuevo. Un abrazo¡¡