lunes, 14 de junio de 2010

El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba

La primera edición de L’escole des femmes de Molière, vio la luz en París en casa de Estienne Loysson, en 1663. Revisaba Molière en el atelier de Loysson la edición recién terminada, cosidos los cuadernillos y lista para enviar a libreros y encuadernadores. En un momento tomó una pluma e hizo una corrección de su mano en la página 52 de once ejemplares de la tirada. Tachó ciertas palabras y añadió otras. Hay que ser bibliófilo bien averti para comprender la felicidad que puede embargar al poseedor de uno de esos ejemplares tan exclusivos. El dramaturgo Sacha Guitry, fue uno de los afortunados. Escribe en sus Memorias: “Si la gente me ve pasar por la calle, con la cabeza alta, y concluye que soy orgulloso y fiero, que no busquen otro motivo”.

En estos tiempos complejos sembrados de incertidumbre el azar nos ha ofrecido una cierta alegría bibliófila al dar con una rara obra. No tiene, por supuesto la trascendencia e importancia de la que poseía Guitry, pero al igual que él nos sentimos conmovidos y orgullosos de haber dado con una pieza singular.

En nuestro caso, se trata de una rara edición de la crónica de las campañas italianas de Gonzalo Fernández de Córdoba, por todos conocido como El Gran Capitán. El libro está impreso en Alcalá de Henares, 1570, en bella tipografía gótica. Tan rara es esta obra que hasta el momento, y como damos noticia a continuación, reputamos como único conocido el presente ejemplar.


El gran Capitan. Summa de la conquista del Reyno de Napoles: conquistada por el gran Capitan Gonçalo Fernandez / del rey don Fernando el quinto nuestro señor. Con Licencia de los señores del Consejo Real. Alcalá de Henares, 1570, En Casa de Sebastián Martínez, 8º, 185 x 135 mm.


Encuadernación en plena piel del siglo XVII, lomo con nervios, planos enmarcados con hilo dorado, al centro de ambos armas de don Luis de Benavides y Carrillo de Toledo, marqués de Caracena (rozadas). Ejemplar que conserva las cintas verdes de seda que caracterizan todos los ejemplares provenientes de la biblioteca del marqués de Caracena.

Colación:
 
20 folios sin numeración, impresos en caracteres góticos a línea tirada, sign. A20. Portada con grabado xilográfico, capitulares.
 

Al verso de la portada licencia al impresor por Pedro de Mármol, Secretario del Consejo de Su Majestad,  fechada el 20 de julio de 1569.




"Y de ver esto el marques de mâtua / luego otro dia se despidió y partió del exercito diciendo que los Españoles no le parescian hombres sino diablos pues no temian la artillería y con ella peleauan”.



No en Salvá, Heredia, Vindel. No en CCPBE, BL, CCFr.

Palau, 324.977, no vio ejemplar e indica: "Así en Almirante. Nada en Catalina". Se refiere Palau a la obra de José Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876.

J. Martín Abad, La Imprenta en Alcalá de Henares (1501-1600), ref. 745. Relaciona título de la obra, año e impresor y referencia a Palau y Almirante. No referencia ejemplar alguno.

J. Martín Abad, La Imprenta en Alcalá de Henares (1601-1700), ref. 42, referencia la edición de 1604, impresa en Casa de Juan Gracián (viuda) con título y colación similar a la de la presente edición de 1570. Da ejemplar en París, BNF (referenciado en CCFr.).
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Grabado xilográfico con las armas del Gran Capitán, duque de Sessa y Terranova, que figuran ocupando todo el último folio de la obra de Francisco Petrarca, de los rremedios contra prospa & aduersa fortuna. En romance, Sevilla, 1524, folio, Juan Varela de Salamanca.

6 comentarios:

Galderich dijo...

¡Uf, encontrábamos a faltar uno de tus apuntes bibliófilos!

El tiempo esperado ha valido la pena y nos presentas un ejemplar que te ha de llevar la cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja por la calle.

Sólo leer la última frase del libro en la que su autor está lleno de orgullo por el Gran Capitán hasta límites insospechados me llegan paralelismo del mismo orgullo hacia el libro que tienes tu.

Ya no hablo de que sea ejemplar único, sinó del contenido, el continente, el texto, los grabados, el tema, su antiguo poseedor... En fin, una preciosidad
que compartes con nosotros.

Hoy el Gran Capitán, por mucha justificación altiva que pusiese para justificar los gastos seria carne de comisión parlamentaria... ¡o no!

Nos queda la expresión de "las cuentas del Gran Capitán" como recuerdo a su discurso de descargo.

Un fuerte abrazo.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Diego.

¡Muchas felicidades por tan afortunada adquisición!

Una joya que se suma a tu exquisita biblioteca.

La noticia de la aparición de un ejemplar único con la importancia y belleza que tiene, es motivo de gran regocijo para todos.

Gracias por compartirlo y darlo a conocer www.

Saludos bibliófilos.

lamberto palmart dijo...

Si M. Guitry, tornando las épocas, conociera tus avatares bibliófilos lo mismo pasearía por las calles de París cabizbajo y alicaido.

La espera a tu artículo a valido la pena. El libro que hoy nos muestras, incluso sino fuera ejemplar único, no resta un ápice el interés que despierta nada más verlo. Es un libro hermoso lo mires por donde lo mires. Tipografía, composición, su contundente portada, impresor, época, encuadernación y contenido, lo hacen un ejemplar excelente que nos muestra parte de esa historia que nos hace sentirnos orgullosos de nuestra patria.

Saludos bibliófilos y gracias por compartir con nosotros este libro tan singular. He disfrutado de lo lindo, como siempre, leyéndote en tu blog.

Urzay dijo...

Precioso libro, Diego, y preciosa entrada, desde la anécdota inicial hasta la referencia culta a Whitman. Con Lamberto, éste que muestras hoy me parece todavía mayor motivo de orgullo que uno de los de Molière. Viendo lo que sale por televisión, y hacia donde parece que vamos, no sólo aquí, también en otros países de nuestro entorno, leer este tipo de cosas te persuaden de que todavía la cultura no es una causa perdida.
Un abrazo.

Diego Mallén dijo...

Amigos Galderich, Marco Fabrizio, Lamberto y Urzay: ¡¡bueno, bueno, no es para tanto que todos vamos volcando en estas páginas nuestras pequeñas maravillas! Entre todos vamos buscando, persiguiendo y recuperando esos papelillos que sin nuestra locura muchos de ellos quedarían tan perdidos como nosotros mismos.

Hay quien es capaz de pagar 40 millones de euros por una silla de 1920 (subasta YSL) o ayer 45 millones de euros por una escultura, cabeza de hombre, de Modigliani.

Afortunademente a esos singulares personajes, que parecen personajes de Baroja, no les da por los libros... porque si no, no nos enterábamos!! (¿¡¡Qué biblioteca se podría formar con 45 mm de euros!!?)

Salud bibliófila y amistad para todos!!

bibliotranstornado dijo...

Que preciosidad.

El que lo compartas hace que tu felicidad también sea compartida.

Me te imagino andando con la cabeza muy alta con largos pasos y un atisbo de sonrisa.