domingo, 20 de septiembre de 2009

Un poema de Paul Valèry en recuerdo de Enrique. Openminds

En 1930 se publicó en París la primera traducción al castellano –realizada por Jorge Guillén-, de Le cimetière marin del poeta Paul Valèry. Se tiraron 300 ejemplares numerados acompañados de dibujos de Ginon Severini.

En octubre del mismo año y también en París vio la luz otra versión castellana de Le cimetière... realizada por el poeta y diplomático cubano Mariano Brull (1891-1956).

Ambas ediciones son buscadas y difíciles de encontrar pero especialmente la de Brull es de gran rareza. De un ejemplar muy especial de esta edición damos noticia a continuación.

Paul Valéry. El Cementerio Marino. Poema de Paul Valéry. Versión castellana de Mariano Brull, París, 1930, (Impreso en Chartres por Durand), 8º, 190 x 132 mm.

Colación: sobrecubiertas en papel verde (en la superior: El cementerio marino; en la posterior: “Depositario: Librería Española. Leon Sánchez Cuesta. 10, rue Gay-Lussac. París”), XXIX páginas con texto en francés y castellano (incluyendo blanca, anteportada y portada a dos tintas), hoja con colofón: “Este libro ha sido impreso en la ciudad de Chartres por Durand, en el mes de octubre de 1930”.

Al verso de la anteportada, justificación de la tirada: "De este libro se han tirado 300 únicos ejemplares en papel vergé d’arches numerados del 1 al 300. Ejemplar número 118".

Este ejemplar está enriquecido con las dedicatorias del traductor, Mariano Brull y de Paul Valery a Mathilde Pomès (1886-1977), hispanista y traductora francesa. También lleva una fotografía orginal de Valèry con su firma al dorso. 
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Dedicatoria manuscrita del traductor y del autor: "A Matilde Pomés, amiga admirable, tan fina y generosa de corazón como de espiritu, a quien tanto debe esta traducción. Cordialmente. El Traductor. París. 1930". Y del autor: "A Matilde Pomés su amigo sin palabras para más decir. Pablo Valery".

CCFr, relaciona 3 ejemplares: el del Depósito Legal y los numerados 102 y 263. No en Palau ni en CCPBE.

Palau, 348997, CCPBE y CCFr colacionan la edición de la traducción de Guillén, París 1930.

Para biografía y obra de Paul Valèry, Mariano Brull, Mathilde Pomès y Jorge Guillén ver: Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936, Alianza Editorial, Madrid, 1995.

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Con el poema anterior quiero recordar a mi cuñado Enrique, fallecido el pasado viernes 11 de septiembre, a los 42 años de edad. Durante este último año combatió hasta el límite el cáncer. La firmeza y la voluntad le acompañaron siempre durante este duro periodo y aún en los peores momentos supo dominar su intenso dolor, transmitiendo serenidad y confianza a los que le rodeaban.

En diciembre de 2008 inició el blog Openminds donde iba reuniendo sus reflexiones de gestión empresarial. Para los que éramos sabedores de su situación las máximas y premisas recogidas en sus veintiocho artículos nos mostraban la gran fortaleza de su pensamiento y acción frente a la enfermedad.

Sus restos recibieron cristiana sepultura en el cementerio de Benimaclet de Valencia, entre pinos y cipreses, próximo al mar y siempre refrescado por la brisa de levante. Descanse en paz.

Diego y Enrique (El Palmar, lago de la Albufera, Valencia, 29 de septiembre de 2008).

6 comentarios:

Galderich dijo...

Impresionante apunte que hoy nos das. Esperado y delicioso en todos los sentidos desde el comentario bibliófilo (ejemplar fetichista como yo los llamo...) hasta el sentido comentario sobre la muerte del amigo y profesional querido.
Un abrazo en momentos tan duros como este.

Diego Mallén dijo...

Muchas gracias amigo Galderich por tus palabras y tu abrazo. Enrique era alguien muy próximo a mi.

Salimos de viaje hasta la próxima semana.

Saludos bibliófilos.

lamberto palmart dijo...

Emotivo comentario. La fatal separación de un ser querido es algo que nos marca de por vida y todavía más cuando una enfermedad sesga la vida en su plenitud. He podido leer alguno de los artículos de "openmind" en los que refleja la fuerza, el coraje y las maduras reflexiones que a pesar de la dura carga a sabido transmitir en su blog.
Igualmente, amigo Diego, has sabido encontrar, desde la bibliofilia, la forma de rendir este pequeño homenaje desde tu blog y expresar los sentimientos que con fuerza y serenidad te acompañan en estos duros momentos.

Mis más sinceros saludos bibliófilos.

Business Villarreal dijo...

Querido Mallén:

No puede ser más acertado tu análisis de la fortaleza y serenidad de Enrique. Ciertamente los que hemos leído sus éscritos de openminds hemos podido corroborar ese coraje que siempre le acompañó en este su último año.

Gracias por hacer este pequeño homenaje con tan acertado poema: cementerio marino. Para él, el mar siempre fue muy importante.

Me guardo la foto.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Diego.

Un hermoso libro, en un terrible momento. Hay algunas vidas que parecen poemas, que mejor homenaje que celebrarlas con uno.

Lamento profundamente tu perdida.

Diego Mallén dijo...

Queridos amigos, llegamos anoche de Marrakesch. Ha sido una semana necesaria que nos ha proporcionado el sosiego y tranquilidad de la vida amable y cautivadora de las ciudades del Atlas. (¿Cómo no desear pasar el resto de nuestros años postreros en un riad de la Kasba rodeado de la finura y delicadeza de las costumbres y usanzas árabes?).

Gracias por vuestros comentarios y vuestro recuerdo a la figura de Enrique, hombre tan extraordinario como bueno. Y no lo digo porque fuese el marido de mi hermana sino porque, os lo aseguro, tenía lo que todo hombre de bien tiene: Fe, Valor, Voluntad y Bonhomía.


Saludos bibliófilos.