"Nuestras manos deben estar unidas aquí como otro monumento de que esta biblioteca es debida a nuestros afanes comunes, y están unidas como lo están nuestros corazones"
En la primavera de 1843 escribe Vicente Salvá desde Valencia a su hijo Pedro en París detallándole como está diseñando y componiendo el supra libris de la biblioteca:
“Tendrá este dos manos enlazadas; la leyenda Biblioteca de Salvá, y á un lado una P y al otro una V, iniciales de tu nombre y del mío, porque á tí se debe primariamente el proyecto de formarla: nunca olvidaré el día en que me dijiste que habías rehusado 550 fr. que te habían ofrecido por el Romancero general de 1614, porque no querías que nos desprendiéramos de él hasta tener otro ejemplar más hermoso. Entonces te dí facultad para que escogieras los que más te agradasen entre los libros raros que teníamos para vender; tú los recogistes y formastes con ellos el primer cimiento de la colección. Además, has empleado tantas diligencias y conatos para adquirir las obras con las que la hemos enriquecido; te has ocupado á vezes en transformar un ejemplar, haciéndolo bello si era bueno, ó dejándolo decente cuando ántes era malo, lavándolo, quitando la tinta y las manchas, remendándolo, añadiéndole papel al márjen, y hasta copiando portadas y hojas que se equivocan con las impresas. Nuestras manos deben estar unidas aquí como otro monumento de que esta biblioteca es debida a nuestros afanes comunes, y están unidas como lo están nuestros corazones”.
Pedro Salvá y Mallén, Catálogo de la Biblioteca de Salvá, Valencia, 1872, Imp. de Ferrer de Orga, T. I, p. VI.
1 comentario:
Amigo Diego, creo que en la Historia del Libro no hay supralibris, que esconda una historia tan hermosa como la de Vicente Salvá y su hijo Pedro. En un solo símbolo se encierra el amor paterno-filial y el amor por los libros.
No es una historia muy divulgada y solo es conocida por quienes hallan leido los preliminares del Catálogo Salvá.
Como bibliófilo, gracias por recordarla.
P.D. Haber como llevas esta semana y nos podemos ver. Saludos cordiales
Lamberto Palmart.
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