martes, 10 de febrero de 2009

Dos raros impresos de Vicente Salvá


A comienzos de octubre de 1823, fenece en España el Trienio Liberal. Fernando VII estrena su mandato absolutista firmando la sentencia de muerte de los Diputados Constitucionales que votaron en Sevilla -unos meses antes-, la suspensión de sus funciones como Rey. Vicente Salvá, diputado constitucional, tiene que abandonar con precipitación la ciudad de Cádiz y buscar refugio en Gibraltar. Allí permanece, junto con su familia, hasta finales de 1824 en que por mar se traslada a Londres.

Con su espíritu inquieto y emprendedor, Salvá abre en Londres la Librería Española y Clásica, en el número 124 de Regent Street. El establecimiento se convierte en lugar de encuentro y reunión de los exilados españoles.

En 1830, Vicente Salvá decide abandonar Londres e instalarse en París, donde funda la Librería Hispano-Americana. La librería desarrolla gran actividad editorial y actúa también como centro del exilio liberal. 

Salvá siempre está presto y atento a socorrer a los refugiados españoles que huyen del despotismo fernandino. De esta manera, durante unos meses, tiene como ayudante en la librería al militar Antonio Caruana y Martín de Alcántara (su hermano Peregrín Caruana, estaba casado con la sobrina de Salvá, María Rosario Berard y Mallén, nieta de Diego Mallén). Antonio Caruana tras defender la ciudad de Alicante del ataque absolutista tuvo que capitular la plaza y emprendió camino del exilio: Londres, Isla de Guernsey y finalmente París.


Retrato de Antonio Caruana y Martín de Alcántara

Las obras editadas por Salvá en Londres y algunas de las impresas en París han llegado a ser realmente raras de encontrar. Decimos que solo “algunas” de las ediciones parisinas puesto que Salvá desarrolló un próspero negocio editorial en esa ciudad. Sus libros tuvieron grandes tiradas y numerosas ediciones (Gramática, Diccionario Valbuena, etc.) con difusión en Europa e Hispanoamérica. Desde París gestionaba también la sociedad editorial de Valencia cuya propiedad compartía con su cuñado Pedro Juan Mallén y sus sobrinos los Berard.

Vamos a dar noticia de dos obras de cierta rareza. La primera corresponde a la época londinense de Vicente Salvá:


Paulino de Lacalle, Interesante narración de los extraordinarios medios por los cuales salvó su vida el español D. Paulino Lacalle. Londres, 1825, Librería de D. Vicente Salvá, Imprenta española de M. Calero, 12º.

El folleto consta de portada y 39 páginas numeradas. 150 x 100 mm. No se encuentra relacionado en Palau, CCPBE, ni British Library (que tiene extenso repertorio de impresiones españolas hechas en Londres). Tampoco lo recoge Salvá en el Catálogo de su biblioteca, a pesar de haber sido su editor.

Paulino Lacalle, médico dentista, de convicciones liberales, apoyó el Gobierno Constitucional de 1820. Al final del Trienio Liberal fue encarcelado por su ideario y condenado a morir en la horca:

“Merced a las lecciones de mi catedrático D. Eujenio de la Peña, ya antes del año 14 habia yo tributado toda mi deferencia á las doctrinas liberales que aquel sabio fisiólogo profesaba. Quise acreditarlo de un modo positivo tan pronto pude hacerlo; y los primeros voluntarios-nacionales de Madrid de 1820 me vieron (á pesar de mis ocupaciones facultativas) alistado en sus filas como sarjento y como cirujano de uno de sus batallones. He aquí todo mi delito!!!-. Bajo estos dos conceptos seguí al Gobierno a Sevilla y Cadiz, abandonando mi casa, mi familia y todas mis comodidades… Disuelto por fin el gobierno constitucional y persuadido yo de que la mera calidad de exmiliciano-nacional no podía perjudicarme, torné tranquilo al seno de mi familia y entré en Madrid por mi mal el 24 de noviembre del año aciago de 1823. ¡Cuan incauto fui!”.

Lacalle cuenta como dio a parar en la cárcel por obra y gracia de un elemento faccioso llamado Dionisio Antonio Puga: “feísimo lunar de la ilustre Galicia, y funcionario cuya carrera empezó por el empleo de limpia-botas de un escribano de Madrid”. Mientras espera la ejecución, una misteriosa mujer llamada Amistea, lo libera y ayuda a huir a Portugal. De aquí embarca a Londres y pasa a formar parte de la nutrida colonia de exilados políticos españoles, donde establece su consulta de médico.


El siguiente libro corresponde a la época parisina de Salvá:


Vicente Salvá y Pérez, Relación de los hechos heroicos con que el pueblo de París ha recobrado su libertad en los días 28, 29 y 30 de julio de 1830; estractada de varias obras francesas por un español emigrado, testigo ocular de los sucesos. París, 1830, Librería Hispano-Americana, 12º.

136 x 86 mm. Anteportada, dos láminas grabadas con el retrato de Luis Felipe de Orleans y de Lafayette, 245p., 3 hojas con catálogo de libros editados por la librería de Salvá en París.

No en Salvá (a pesar de ser el autor del texto), ni Palau. CCPBE referencia dos ejemplares. Biblioteca Nacional de Francia, 1 ejemplar.

Llega Salvá a París en los días de la Revolución de Julio de 1830, jornadas llamadas Las Tres Gloriosas que hicieron caer al rey Carlos X y subir al trono a Luis Felipe de Orleans. Los exilados españoles tenían grandes esperanzas en Luis Felipe (hijo de Felipe Igualdad) y apoyaron con entusiasmo al nuevo monarca (entusiasmo que fueron perdiendo a medida que el compromiso de Luis Felipe con los Constitucionalistas españoles fue diluyéndose).

En las cinco páginas preliminares del texto podemos leer el credo político, constitucional y liberal, de Vicente Salvá.



NOTA: Para biografía de Salvá ver: Carola Reig Salvá, Vicente Salvá, un valenciano de prestigio internacional, Valencia, 1972, Institución Alfonso el Magnánimo.



11 comentarios:

Galderich dijo...

Una vez más, felicidades.
Sobre el exilio liberal en Londres me interesaría saber si conoces bibliografia sobre el tema (como la de París) porque siguo la pista de José Joaquín de Mora que el 1826 publicó en Londres sus "Meditaciones Poéticas" con grabados de William Blake. Cómo el libro que comentas, tampoco figura en las principales bibliotecas.
El segundo libro parisino me ha llevado directamente a la Libertad guiando al pueblo de Delacroix, imagen de todos los libros de texto de historia.
Una abrazo bibliófilo.

Anónimo dijo...

Ciao è sempre un piacere leggere i tuoi articoli e avere notizie interessanti. Saluti affettuosi
Francesco & Claudia

Diego Mallén dijo...

Amigo Galderich, gracias por tu nota. Sobre el exilio liberal en Londres lo mejor son las Memorias de JM Blanco White sin duda alguna. Testigo directo, amigo de Salvá y de JJ Mora. Hay muchas ediciones actuales en mercado. Salvá editó una obra de JJ Mora: Leyendas españolas, París, 1840 y dice del autor: "Las composiciones de este tomo, publicado por mi padre, no ceden en fluidez, gracia y pureza de lenguaje, a ninguna de las muchas con que su autor se habia grangeado ya un nombre distinguido en el orbe literario" (Salvá, 819). Leyendas españolas no es obra difícil de encontrar, ahora en www.vialibri.com veo un solo ejemplar y en mal estado pero ahí cacé el mío (se ofrece uno, Londres, 1840, que debe ser la misma edición que París pues Salvá cambiaba los pies de imprenta).
La obra que mencionas con ilustraciones de W. Blake, debe ser de rareza insigne.
¡El mundo del exilio liberal español en Londres y París en el XIX es apasionante!
Saludos bibliófilos.

Diego Mallén dijo...

Amigos Claudia y Francesco: muchas gracias por vuestros comentarios y por vuestra lectura. Me gustaría poder escribir en vuestra bella lengua italiana pero no soy capaz. Tengo que pedir ayuda a mi hija Isabel que estuvo viviendo en Peruggia todo el año pasado con la beca Erasmus, ¡que dulce vida!
Saludos cordiales,
Diego

Galderich dijo...

Gracias otra vez, Diego. Buscaré estos dos libros. De hecho del segundo ya me das la referencia. Gracias, preguntaré el estado.
Sobre el exilio post Trienio Liberal y sus libros se debería hacer un buen estudio. Además J. Joaquín de Mora y White se convirtieron al anglicismo. Y supongo que White presentó a Mora al editor de las "Meditaciones poéticas" porque publicó una revista española en sus imprentas en esta época. En fin, debía ser un núcleo muy duro y activo.
Otros cerebros que España ha perdido...

Rui Martins dijo...

Que puedo decir de esto artículo tan interesante sobre un periodo que de la Historia de España que me fascina. Diego te felicito una vez más, es siempre un redoblado placer leer tus artículos.
Saludos bibliófilos.

lamberto palmart dijo...

Amigo Diego, como se nota que es un tema que te apasiona y como siempre documentado con raros ejemplares. Interesante historia y encomiable el tesón de Salvá ante la adversidad, al emprender en poco tiempo dos empresas. Terrible momento también por el pasó España y aquellos españoles liberales que vieron cercenadas su esperanzas de progreso.
Me resulta curioso lo de D.Antonio Caruana y Martín de Alcántara ya que tengo dos amigos militares, los dos con el rango de teniente coronel, que son grandes lectores y estoy seguro que hubieran estado honrados de ser, por unos meses,ayudantes de la librería de Salvá. Además de la casualidad de que se tratara de un Caruana, como el bibliófilo al que aludiste en tu anterior artículo.¡que gran cúmulo de casualidades!

Saludos bibliófilos.

Diego Mallén dijo...

Amigos Lamberto y Rui: muchas gracias por vuestros comentarios. El siglo XIX español es apasionante y la labor de los que lucharon por la regeneración de España está todavía por estudiar y reconocer. Salvá fue uno de ellos: pasó 25 años fuera de España. Galderich habla de JJ Mora y hay una pléyade de patriotas que lo dieron todo, alguno hasta su vida, por llevar a España por la vía de la reforma y el progreso.
Lamberto: ya me presentarás un día a tus amigos militares…
Saludos bibliófilos.

julio gonzalez iglesias dijo...

Paulino de la Calle, cirujano dentista, no era un angelito, intervino en el horrible asesinato del presbitero Matias Vinuesa ( el cura Tamajon)el 4 de mayo de 1821.

julio gonzalez iglesias dijo...

muchisimas gracias por ofrecer la obra de Vicente Salvá-

Diego Mallén dijo...

Muchas gracias Julio por los datos que aportas y por visitar el blog. España siempre ha sido cainita y el Trienio Liberal esperado con ansias regeneracionistas también se vio manchado de sangre y crímenes... y siguió con las guerras posteriores.
Un saludo muy cordial,
Luis Caruana